Es controvertida esta frase en
cuanto que puede aparecer como un eslogan hostil. Sin embargo, no es
tal si nos centramos en la condición principal -teórica- que
esgrime el propio agente de la ley, cuando resalta que el deber de la
policía es combatir la delincuencia. Ante esta frase, se reflexiona
de la siguiente forma: Si desaparece la delincuencia, la policía
también lo hará. El problema lo encontramos, entonces, en el
concepto "delincuencia". Un delincuente es aquel que
infringe la ley, siempre y cuando ésta exista. Puede ponerse el
ejemplo del vendedor de alcohol durante la ley seca estadounidense
(1920-1933) -el cual era delincuente-; y el vendedor de alcohol
posterior a 1933. Podríamos, siguiendo este hilo argumental, decir
que la ley, en cuanto ley, crea delincuentes. Por qué la ley crea
delincuentes es algo paradójico, cuando la misma ley se presenta
como un instrumento que posibilita la garantía de derechos, siendo
el delincuente el enemigo, fundamental, del orden social y público.
En este sentido se piensa que es interesante observar quién o qué
crea o configura la ley. Es el Estado en su aparato
legislativo-parlamentario quien la conforma y aprueba, con el
consentimiento y firma del Jefe de Estado -en nuestro caso la
Corona-. Ese cuerpo legislativo está compuesto, a su vez, de los
representantes políticos de los distintos partidos. Por tanto,
quienes redactan las leyes son los políticos profesionales
pertenecientes al Parlamento. Podría alguien pensar, que quien crea
los delincuentes -genealógicamente hablando- es el pueblo
manifestado en urnas. Sin embargo, quizás aceptando que quienes
apoyan o siguen apoyando a los redactores de las leyes puedan tener
un margen de compromiso con ello, pensamos que el pueblo en sí no
tiene responsabilidad ninguna, en cuanto no ha consensuado las
mismas. Entendemos que en este caso, la ley, por su condición de
ley, es mantenedora de la delincuencia o creadora de la misma. El
instrumento a usar, que se cree oportuno para garantizar el régimen
legal, y en extensión estatal, son los Cuerpos de Seguridad del
Estado. Aquellos cuerpos que por definición son Agentes de la
Autoridad. Cumplen la función de asegurar esa autoridad y de hacer
valer la seguridad de la estructura establecida. Es decir, que no
existe
la policía porque haya crimen, sino que existe el crimen para que
haya policía; el crimen es una decisión política; la ley produce
delincuentes.
Ante todo ello, creemos
interesante que esas fuerzas de seguridad del estado, sean
conscientes de la situación en la que se encuentran. Técnicamente
son utilizados para valer una serie de privilegios que no son
representativos de su realidad. Pensamos que si se mantiene la
premisa mentada al comienzo: "el deber de la policía es
combatir la delincuencia"; la labor del cuerpo policial
tendrá que estar dirigida realmente a eso; aun sabiendo que el
propio combate hará desaparecer su condición.
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