Las Asambleas de los trabajadores de la Sanidad, junto a otros colectivos y asambleas, sindicatos y demás organizaciones, llevan desde el día 5 de mayo (hasta el 10) con mesas instaladas en diferentes Centros de Salud, como ambulatorios u hospitales, así como en diferentes puntos clave de las ciudades madrileñas donde esta iniciativa ha calado.
En su tercer día se comenta que ya se llevan más de 200.000 firmas (según el último recuento al que tenemos acceso), lo que supone superar con creces la anterior iniciativa similar realizada contra la privatización del agua (con una participación de unas 180.000 personas en un día), lo que ha generado gran inquietud en el PP y en Lasquetty, el consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid. Pese a tener el permiso de la Delegación del Gobierno (también en manos del PP), el consejero de sanidad ha decidido utilizar la represión por su cuenta haciendo que los gerentes de los centros sanitarios, alejaran las mesas, las prohibieran o incluso, como en el caso de Arganda enviando por orden del ayuntamiento (también del PP) a la policía.
La democracia representativa, máximo adalid del Estado de Derecho, continuamente insiste en la utilización de métodos pacíficos para resolver nuestros problemas y la utilización de mecanismos democrático-representativos para alcanzar los objetivos que cualquier ciudadano tenga. Pues bien, haciendo uso de esos mecanismos, nos encontramos con que ese propio Estado de Derecho redunda en falacia. No se debería hacer sólo una consulta, estamos tutelados por un gobierno que dice ser legítimo cuando no tiene ni en la Comunidad de Madrid, ni en el Estado ni un tercio del volumen total de votantes. Es una dictadura evidente, máxime cuando se reprime poner una cajita de cartón donde introducir un papelín que ni tan siquiera es vinculante, únicamente simbólico.
Es decir, es evidente que tenemos razón, aquellos que defendemos una sanidad gratuita, común y universal, cuando se tiene tanto miedo de algo infructuoso desde el principio. Ellos solitos se evidencian en su interés particular porque esos votos no se produzcan, porque esos centros sanitarios y el sistema sanitario termine en manos de amigos de aquellos que, en primer lugar permitieron la consulta; que luego, al ver que era un éxito, decidieron reprimirla, hasta llegado el caso enviar a las fuerzas represivas de ese mismo Estado de Derecho.
El 10 de mayo se hará recuento.
¡Exigimos la dimisión del gobierno! ¡La recuperación del poder de decisión, los espacios de vida y la gestión de los mismos a las Asambleas Populares y de Trabajadores de los distintos sectores! ¡Abajo el Régimen!
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