Es necesario, desde luego, desvincularse o ir desvinculándose del tipo de cultura y creatividad que se nos ofrece continuamente. Dichos tipos responden a programas, muchas veces, económicamente orquestados, que no cumplen los objetivos, reales, de creatividad y desarrollo. No es libre el arte, ni es libre la cultura, cuando se atajan estos dos grandes conceptos desde perspectivas anquilosadas en la producción económica y en la propia producción de un o una artista-producto para ser comercializada.
Las bibliotecas son escasas; algunas se encuentran en constante deterioro y otras siguen los dictámenes de instituciones u organismos que ven como un gasto estético necesario y publicitario su constitución.
Las aulas de estudio y reflexión se hacen notar por su ausencia (contados lugares poseen espacios de esta índole).
Por otra parte, las actividades que podemos contemplar, básicamente y fundamentalmente, como artes (música, literatura, teatro, cine, fotografía, artes plásticas y escultóricas...), en la ciudad de Alcalá de Henares no posee un espacio definido; por definición no existe tal espacio.
Los lugares como bibliotecas, aulas de estudio... terminan envolviéndose sobre sí mismos. Exponen un escenario de conocimiento; individualizado, mecanizado e improductivo comunitariamente. No existe relación entre aquellas personas que estudian una misma materia; no existe punto de debate sobre lo que se estudia; no existe conocimiento sino reproducción de lo ya producido por las autoridades académicas. Lo que supone, a su vez, no ser partícipes del conocimiento sino simples esponjas del ya creado. Supone, además, ser, en cierta medida, esclavos del conocimiento y de los saberes creados. No producimos creatividad ni cultura, somos seres que pasan entre ambos conceptos, sin participar en ellos de una forma colectiva, conjunta y activa... Únicamente se termina explotando la creatividad modulada a partir de un original, posiblemente, de mayor creatividad, que es vendible y comerciable.
Claro está que siempre existe una práctica o una actividad que motiva y sirve de vía de escape: La búsqueda del empoderamiento colectivo, en base a funcionamientos horizontales y comunitarios, que permitan, precisamente, corresponsabilizarnos de esa creatividad y de ese arte. Del conocimiento colectivo, necesario. Ser maestras y aprendices, compañeras de camino. Liberar un espacio para tal actividad, no es que resulte atractivo o necesario... sino que resulta imprescindible para nuestro propio desarrollo.
ALEA
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar