Carlos Taibo
Hay gentes que, cuando sopesan lo que es el movimiento del 15 de mayo, se acogen a visiones manifiestamente eficacistas en relación con aquél. Piden con urgencia resultados, reclaman el establecimiento de estructuras asentadas o, más aún, sugieren que hay que dotar al 15-M de liderazgos firmes.
Supongo que lo primero que conviene recordar es que el movimiento del 15 de mayo surgió, en muy buena medida, para hacer frente a los problemas que se revelan al calor de las organizaciones tradicionales. Malo sería que al cabo optase, sin embargo, y en virtud de un prurito de supuesta eficacia, por reproducir los atrancos en que esas organizaciones comúnmente se hallan. Pero, más allá de lo anterior, lo suyo es que sugiera que el trabajo del 15-M tiene que serlo de medio y de largo plazo. Preocupante sería que, llevado del designio eficacista que me ocupa , incurriese en los mismos vicios que acarrea el cortoplacismo dominante.
Esto aparte, conviene recelar de la opinión, muy extendida, que sugiere que el 15-M es un movimiento tan hermoso como inútil. A título provisional, y un año después de su surgimiento, creo que a su amparo se han perfilado tres realidades que son tanto más interesantes cuanto que, a tono con algo que acabo de decir, configuran estimulantes legados de cara al futuro. La primera de esas realidades no es otra que la gestación de una nueva identidad contestataria: cuando alguien señala que es miembro del 15-M nos está diciendo algo interesante, y rápido, en lo que se refiere a su ubicación en el panorama político, económico, social y ecológico. La segunda realidad estimulante nos recuerda que el 15-M le ha dado alas a muchos movimientos que hasta hace poco presentaban una realidad más bien mortecina; ha servido, en otras palabras, para infundir el aliento de la protesta y de la alternativa. Agregaré, en fin, y en tercer lugar, que el movimiento del 15 de mayo ha permitido que algo cambie en la cabeza de muchas gentes, que parecen haber descubierto que pueden hacer cosas que un año atrás hubiesen resultado impensables.
Si alguien aduce que los éxitos que acabo de reseñar no son suficientes, lo aceptaré de buen grado. Creo, aun con todo, que no tenemos nada mejor y que cada vez se hará más evidente, habida cuenta de lo que está cayendo, que precisamos fortalecer el movimiento del 15 de mayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario